10 anys sense Antonio Vilanova: fons d’autògrafs de la Biblioteca Vilanova


Tot just fa deu anys que ens va deixar el professor i crític literari Antoni Vilanova  (Barcelona, 1923 — Barcelona, 5 de febrer de 2008).
Per aquest motiu el CRAI Biblioteca de Lletres us presenta una mostra amb una tria de dedicatòries autògrafes d’autors i intel·lectuals de primera fila, com Carles Riba, Salvador Espriu, Pere Quart, Montserrat Roig, M. Aurèlia Capmany, Eduardo Mendoza, M. Vázquez Montalbán, Juan Goytisolo i molts altres, a partir del fons de llibres de la seva biblioteca particular, cedida a la Universitat de Barcelona el 2005.

Trobareu la mostra a les vitrines del vestíbul d’entrada a la biblioteca. Us convidem a visitar-la i us deixem amb aquest perfil de la figura d’Antoni Vilanova que el catedràtic de Filologia Hispànica Adolfo Sotelo Vázquez ha escrit amb motiu de l’homenatge:

PERFIL DE ANTONIO VILANOVA (1923-2008)

Su magisterio en las aulas de la Universitat de Barcelona durante cerca de medio siglo (1946-1994) sirvió para que la literatura –su pasión perpetua- se convirtiera en la matriz humana e intelectual de infinidad de estudiantes. El horizonte sin fronteras de la literatura tuvo en su retórica profesoral, pausada y descriptiva, enjundiosa y sugestiva, la mejor herramienta para abrir caminos que se bifurcaban por doquier. El maestro Vilanova comentaba el Lazarillo de Tormes desde las fuentes clásicas y renacentistas, a Cervantes guiado por Erasmo, a Quevedo por Plauto, a Góngora por un haz de preceptivas que se remontaban –vía la poesía italiana- a la tradición clásica. El maestro Vilanova adoraba a Petrarca y Shakespeare, a Montaigne y Voltaire, a Sterne y Virginia Woolf, a Proust y Faulkner, sobre los que ofrecía incisivos juicios siempre que una tertulia de amigos lo permitía. Vilanova era el juicio preciso y la exquisita cordialidad.

Con fundamentos filológicos rigurosos –en la tradición de la mejor filología románica-, excelente dominio de la historia de las ideas estéticas y  un refinado gusto literario, Vilanova enseñó en las aulas de la Plaça Universitat las letras de Pérez Galdós y Leopoldo Alas “Clarín”, de Unamuno y Baroja, de Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez, de Camilo José Cela y Miguel Delibes, de Ramón J. Sender y Luis Martín Santos, de Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite, de Carmen Laforet y Ana María Matute. Pero junto a ellas aparecían Balzac, Stendhal, Flaubert, Zola, Baudelaire, Mallarmé, etc., al tiempo que disertaba sobre el arte de la novela de Proust, Joyce o Faulkner, o explicaba los debates entre Jean Paul Sartre y Albert Camus. El magisterio de Vilanova en los escenarios de la teoría literaria y de la literatura comparada fue tan exigente como en la literatura española y catalana. Martín de Riquer y Dámaso Alonso fueron sus maestros. Josep Pla, Salvador Espriu, Camilo José Cela, Miguel Delibes, Néstor Luján, Joan Perucho, Joan Bastardas, Gabriel Oliver, Gonzalo Sobejano… fueron sus amigos. Sus discípulos aprendimos de su inmensa erudición, de su sagacidad intelectual y de su penetrante oficio de lector y crítico. Una deuda impagable.

La personalidad de Antonio Vilanova no se acababa en sus quehaceres del edificio histórico de la Universidad. Desde bien joven apostó por la crítica literaria, en revistas universitarias como Alerta y Estilo, a la par que en el más absoluto secreto realizaba tentativas de creación literaria. Desde el semanario Destino (1950-1966) y en sus columnas, “La letra y el espíritu”, primero, y “Literatura y sociedad”, desde 1962, fraguó uno de los mejores capítulos de la historia de la crítica literaria peninsular del siglo XX. Su fértil lectura y sus penetrantes opiniones estéticas acercaron a los lectores del semanario barcelonés a Pla y Sagarra, Carner y Espriu, Riba y Villalonga, Cela y Delibes, Cunqueiro y Perucho, Blas de Otero y Gabriel Celaya,  Sartre y Camus, Lawrence Durrell y Virginia Woolf, Mann y Huxley, Claude Simon y Saul Bellow. Una geografía insólita en las páginas de crítica literaria del mundo cultural peninsular de aquellas fechas.

Don Antonio fue el alma mater de la colección “Palabra en el Tiempo”, de Editorial Lumen (1966). Repasar el catálogo de sus publicaciones es adentrarse en un bosque de lecturas riquísimo y estrictamente europeo. Como también a su iniciativa se debió la puesta en marcha de la colección “Palabra crítica” (1987). En ella convivieron Gerard Genette o Paul de Mann con Juan Valera, Clarín, José Ixart o Unamuno. En ella publicó uno de sus libros más elaborado, densamente sabio, Erasmo y Cervantes (1989).

Antonio Vilanova, secretario perpetuo del Premio Nadal, jurado de múltiples concursos literarios (Juan Boscán de poesía, Ciudad de Barcelona de novela, Ramón Llull de novela catalana, etc.), conferenciante en universidades europeas y americanas -Burdeos, Oxford, Cambridge, Wisconsin, Brown, Berkeley, Stanford…-, lector infatigable (en sus días últimos releía a Montaigne), maestro de la universidad española, crítico canónico de las letras de la posguerra, antes de abrazarse a la muerte legó su excepcional biblioteca a la Universitat de Barcelona.

Adolfo Sotelo Vázquez

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